sábado, 27 de noviembre de 2010

un pequeño apoyo a los estudios medievalistas

Al investigar una fuente denote que deberíamos primero ver el ¿Por qué los caballeros medievales tienen un fervor religioso tan fuerte y el por qué uno de los máximos honores era ser parte de uno de estos grupos militares ?, espero que al analizar las fuentes que haré mención durante toda esta investigación pueda dilucidar tales puntos como: el luchar , seguir la fe sobre todas las cosas, realizar obediencia a la iglesia, al Papa y a sus reyes, además comprender sus valores elementales en la formación de este. Por lo anterior me gustaría empezar analizando el como se les enseña a los caballeros medievales la forma de pelear en el campo de batalla con sus contrincantes por lo cual tomare la fuente de un Codex de caballería en donde se realza la forma de lucha en el uno a uno, a continuación se realiza en análisis de la fuente primaria para empezar esta investigación que es “ Hond Dos Swerd “:

(Texto en su forma original después, texto moderna traducida y su análisis táctico)
1. The man that wol to the to hond swerd lere bothe close and clere,
1. El hombre que a la espada de dos manos aprender tanto estrecha y clara, *[Entender las técnicas en todos los rangos, cerca y lejos]
2. He most have a goode eye bothe fer and nere,
2. Él debe tener un buen ojo tanto lejos y cerca, *[Entender en la lucha y la lucha a cabo]
3. And an in stop, and an owte stop, and an hawke quartere,
3. Y en una parada y una parada a cabo, y una cuarta parte de halcón, *[Conocer a empujes y cortes en todas las aberturas]
4. A cantel, a doblet, an half for hys fere
4. Una teja, un doblete, y la mitad de su miedo [Ataques simples o dobles y los recortes de la mitad-brazo intimidar al oponente]
5. Two rowndys an an halfe with a goode chere.
5. Dos vueltas y media con un buen ánimo. [Entregar dos huelgas redondas y corte de la mitad del brazo, mientras que vocalizar]
6. This ys the ferst cowntere of the too hond swerd, sere.
6. Este es el primer contador de la espada a dos manos, señor. [Uso de estas acciones en su primera práctica contraataque] “

En las primeras seis líneas de este poema se da a deducir el como atacar a el enemigo de tal forma que al mismo tiempo que lucha analiza su forma de defenderse y atacar del enemigo. Prosiguiendo con el poema

“7. Bynde hem togedere and sey god spede,
7. Lo atan juntos y dicen que la velocidad dios, [Rápidamente trampa o reprimir su arma]
8. Two quarters and a rownde a stop thou hym bede
8. Dos cuartos y alrededor de una, un tú detenerlo Bede *[Cortado dos veces y luego a su alrededor y se detendrá su acción]
9. A rake with a spryng there thou hym abyde,
9. Un rastrillo con un resorte que tú le respeten, [Rebanada de él luego recortar la hoja con una mano] “

En estas tres líneas vemos el contra ataque ya que el peso de las armaduras fluctúa entre los 25 a 45 kilogramos, los dos guerreros deben parar un par de segundos por mientras que preparan su contra ataque. Por lo contrario de las líneas a continuación en donde vemos que ya con en cansancio de la batalla se debe esperar la mejor oportunidad para seguir con la lucha y ganarle al oponente apenas tenga la oportunidad

“10. Falle in with an hauke and stride nogte too wyde
10. Otoño con un halcón y no paso demasiado grande [Intervenir y reducir sin hacer grandes pasos]
11. Smyte a rennyng quarter owte for hys side,
11. Hiere al cabo trimestre comprendido por su lado, [Asestar un golpe a medida que atraviesan rápidamente hacia adelante más allá de él]
12. Fal apon hys harneys yf he wole abyde,
12. Caer sobre su arnés si acataría, [Cerrar y lidiar con sus armas si sale la oportunidad]
13. Come in with a rake in every a side,
13. Vamos con un rastrillo en cada lado, [Cerrar la distancia que usted puede cortar la izquierda o/a la derecha]
14. An hole rownde and an halfe wath so hit betide,
14. Un ronde agujero y media, por lo que ay de Wath,
[Hacer una huelga de ronda y una huelga de media vuelta y ver que pasa]”

Con este extracto del poema podemos dilucidar el como el caballero aprende a luchar en batallas uno a uno, aun que este es solo una parte del entrenamiento del caballero que fue escrito en el siglo XV, con lo cual debemos tomar en cuenta que las tácticas en la guerra no cambiaron mucho durante la edad media y que solo la evolución de las armas se llevo a cabo y no el como pelear. Por lo mismo podemos decir que uno de los valores del caballero en general era la lucha con la espada.

Por otro lado debemos tomar un extracto de un misal en latín en donde veremos la fe del caballero en especial de su forma espiritual, aun que antes de esto analizare la siguiente frase: “...rester vigilant, la confiance dans le Christ et louable de votre gloire.", que al traducirla del Frances a el español “...mantente alerta, con confianza en Cristo y loable en tu fama."(Frase ritual para prepararse a ser armado caballero, según el poema francés "Orden de Caballería", de antes de 1250.), denoto que para un caballero además de la fe tiene otro elemento fundamental unido con la fe, este viene siendo el de la fama, que lo veremos resumido después en los cantares y o gestas caballerescas.
Bueno como hacía alusión en el párrafo anterior la fe del caballero esta fuertemente arraigada dentro de sus elementos de vida, por lo mismo ese sentido se poseer el nombre de órdenes militares cristianas o ordenes seculares milicianas nos deja mas que claro el apoyo que le dan a la iglesia católica apostólica romana, en este extracto del misal romano.
“Deus, qui hanc sacritissimam noctem veri lúminis fecíste illustratióne clareceré: da, quaessumus; ut cujus lucis mystéria in terra cognóvimus, ejes quoque gáudiis in coelo perfruámur: Qui tecum vivit.Léctio Epístolae beáti Pauli Apóstoli ad Titum.c.2.”

Al traducirlo al castellano se lee lo siguiente:
“Oh Dios, que esta noche de la verdadera sacritissimam luz de la iluminación de las has clareceré has hecho, un subsidio, quaessumus que, como en la tierra de los misterios de los que han conocido la ayuda de su, también, puede disfrutar de la felicidad en el cielo, que con vivit.Léctio te la epístola del bienaventurado Pablo, el Apóstol de Titum.c.2.”

Se esta parte se deduce que el caballero medieval toma el sacrificio de su vida por los demás de tal forma como lo realizo Jesucristo de tal forma que este se inmolara de tal forma para llegar a la santidad y la liberación de sus pecados, para poder comprender esto tomaremos el hecho de la venta de las indulgencias durante la edad media e incluso antes de esta ya que desde el siglo III veremos la venta de estas aun que durante el siglo XV será un problema por su excesivo mal uso. Para que se pueda entender lo que es la indulgencia correctamente me veo e la obligación de nombrar tal cual como aparece en el Código de Derecho Canónico donde se define la indulgencia en los siguientes términos:
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los Santos. (Código de Derecho Canónico de 1983, Libro I, Título IV, Capítulo IV, Canon 992).
Durante las primeras cruzadas la venta de indulgencias era cambiada por la iba a la guerra santa de tal forma que durante periodos era mas valioso ir a las guerras que la venta de estas y por la misma causa el caballero prefiere ir al combate ya que podrá dar incluso como sacrificio su vida para la salvación, por otra parte al tomar la continuación del misal en latín vemos la siguiente estrofa: “Charissime, Appáruit grátia Dei Salvatóris nostri ómnibus homínibus,Erúdiens nos, ut abnegántes impietátem, et saeculária desidéria, sóbrie, et juste, et pie vivámus in hoc saeculo, expectantes beátam spem, et advéntum glóriae magni Dei, et Salvatóris nostri Jesé Christi: qui dedit semetípsum pro nobis, ut nos redimeet ab ovni iniquitáte, et mundáret sibi pópulum acceptábilem, sectatórem bonórum óperum.haec lóquere, et exhortáre: in Christo Jesé Dómino nostro”.Que significa en castellano:“Queridos hermanos, ha aparecido la gracia de Dios nuestro Salvador, a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad ya los deseos mundanos, vivamos sobria, justa y piadosamente en este mundo, aguardando la esperanza bienaventurada y la llegada de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo: ¿Quién se entregó por nosotros, que debemos ir de la ovni redimeet de la injusticia, y puede limpiar para sí un pueblo aceptable, un perseguidor de los bienes venideros cosas óperum.haec habla, y exhorta: en Cristo nuestro Señor Jesús”. Realizando el análisis de este entrevemos el como el clérigo o poder eclesiástico llama a los hombres al sacrificio y tomar el ejemplo de Jesucristo al dejar lo mundano, en relación a los placeres de su hogar, y realizar un sacrificio en la lucha para llegar a el punto del perdón por Dios con la protección de este, en la ayuda de los menos afortunados, como menos afortunados podemos tomar el hecho de los cristianos que se encuentran en Jerusalén durante la toma de esta por parte del mundo islámico, con lo cual podrán cuidar el pensamiento, la fe y a la misma iglesia católica de la etapa del medioevo.
Como conclusión a la fe vemos a un hombre guerrero totalmente creyente y que busca la salvación, y una especie de obediencia a los encargados de resguardar la religión por lo mismo nos da la antesala para explicar el carácter de feudalismo en donde se denotan varios significados, pero uno de los mas parciales y englobadores es el de organización social, política y económica basada en el feudo, como carácter de porción territorial autonómica que predominó en la Europa occidental entre los siglos IX y XV. Se trataba de propiedades de terrenos cultivados principalmente por siervos, que son las personas que viven dentro de este y que parte de cuya producción debía ser entregada en concepto de "censo" (arriendo) al amo de las tierras, en la mayoría de los casos un pequeño noble (señor) nominalmente leal a un rey. Pero también debemos explicarla con otras dos definiciones para una mayor comprensión, en donde primero esta la definición institucionalista (por F.L. Ganshof), que la define como un conjunto de instituciones que respaldan compromisos generalmente militares, entre un hombre libre, el vasallo (vasallus, vassus) y un hombre libre en situación superior. El primero recibe del segundo un feudo (feodum, feudum) para su mantenimiento. en una frase de Ganshof la define como:“Puede definirse el feudalismo como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio –principalmente militar– por parte de un hombre libre, llamado “vasallo”, hacia un hombre libre llamado “señor”, y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”, dándose el caso de que la obligación de sostenimiento tuviera la mayoría de las veces como efecto la concesión, por parte del señor al vasallo, de un bien llamado “feudo”.( Ganshof, “Introducción”, en El feudalismo, Editorial Ariel, Barcelona, 1975, p. 17.)Y por otra parte la definición marxista: Un modo de producción con unas peculiares formas de relación socioeconómica, situado entre el esclavismo de la Antigüedad y el capitalismo moderno. Concretamente, se lo entiende como un conjunto de relaciones de producción y dependencia entre el campesino y el señor, propietario de la tierra que aquél usufructúa, en un momento de predominio de la agricultura como fuente de riqueza.
Prosiguiendo con el tema de la fe del caballero medieval debemos denotar su carácter de vasallo en la tierra de un rey que es dios y que su señor es el rey de tal forma de debe rendir plena pleitesía a su rey aun que el papa también es el señor feudal para los reyes medievales por eso la obediencia del cabalero primero debe ser así el papa y después hacia el rey. Esto se ve reflejado directamente el llamado del papa Urbano II cuando realiza el llamado a la cruzada en 1095, por lo mismo tomaremos el discurso que utilizo en ese momento para justificar el actuar de los caballeros en relación de ir a la guerra santa contra los no cristianos. Esto discurso esta traducido al español y extraído de el historiador Bongars, Gesta Dei per Francos, (1, pp f. 382, trans en Oliver J. Thatcher, y Edgar Holmes McNeal, editores, un libro de consulta para la Historia Medieval, (Nueva York: Scribners, 1905). 513-17)
"Si bien, hijos de Dios, que ha prometido más firmemente que nunca mantener la paz entre vosotros y para preservar los derechos de la iglesia, queda todavía un trabajo importante que hacer. Recién avivada por la corrección divina, debe aplicar la fuerza de tu justicia a otro asunto que le concierne, así como Dios. Para vuestros hermanos que viven en el este se encuentran en necesidad urgente de su ayuda, y hay que apresurarse a darles la ayuda que a menudo ha sido prometido. Para , ya que la mayoría de ustedes han oído, los turcos y los árabes los han atacado y han conquistado el territorio de Rumania [el imperio griego] hacia el oeste hasta la costa del Mediterráneo y el Helesponto, el cual es llamado el Brazo de San Jorge . Ellos han ocupado cada vez más de las tierras de los cristianos, y los habéis vencido en siete batallas. Han matado y capturado a muchos, y han destruido las iglesias y devastado el imperio. Si usted permite que continúen así por un tiempo con la impureza, los fieles de Dios serán mucho más ampliamente atacados por ellos. En esta cuenta yo, o mejor dicho el Señor, os ruego como heraldos de Cristo para publicar esta en todas partes y para convencer a todas las personas de cualquier rango, infantes y caballeros, pobres y rica, para llevar la ayuda sin demora a los cristianos y destruir esa raza vil de las tierras de nuestros amigos. Digo esto para los que están presentes, significaba también para los que están ausentes. Por otra parte, Cristo lo ordena.”
 En esta parte da a conocer los hechos ocurridos en las cercanías de Bizancio y Jerusalén; en la segunda parte de este discurso llamara a los reyes, príncipes, condes y caballeros, a morir por dios el la lucha contra el no cristiano que ha destruido y tomado el lugar sagrado en donde cristo murió como símbolo de sacrificio por el mundo, por esto se denota el velo de la aceptación del Papa en la guerra. A continuación se da a conocer la segunda parte del llamo del Papa Urbano II a la primera cruzada santa:"Los que mueren por el camino, ya sea por tierra o por mar, o en la batalla contra los paganos, se han inmediata remisión de los pecados. Esto que les conceda por medio del poder de Dios con el que estoy invertido. ¡Oh, qué desgracia si tales una raza despreciada y la base, que rinde culto a los demonios, debe conquistar a un pueblo que tiene la fe de Dios omnipotente y se hace con el glorioso nombre de Cristo! Con lo que reprocha la voluntad del Señor nos agobian si no ayudar a aquellos que, con nosotros, profesan la religión cristiana! Que los que han sido injustamente acostumbrados a librar una guerra privada contra los fieles, ahora van contra los infieles y el final con la victoria de esta guerra que debería haberse iniciado hace mucho tiempo. Los que durante mucho tiempo, han sido ladrones, convertido en caballeros. Que los que han estado luchando en contra de sus hermanos y parientes ahora la lucha de una manera apropiada contra los bárbaros. Que los que han estado sirviendo como mercenarios para los pequeños pagar ahora obtener la recompensa eterna. Que los que se han estado llevando a cabo en cuerpo y alma ya trabajar por un doble honor: He aquí en este lado será el triste y pobre, en eso, los ricos;.!. En este lado, los enemigos del Señor, en eso, sus amigos Los que van No posponga el viaje, pero la renta de sus tierras y recaudar dinero para sus gastos, y tan pronto como termine el invierno y llega la primavera, que el dobladillo con impaciencia que figura en el camino con Dios como su guía ".
En esta investigación ya hemos mencionado los aspectos elementales de un caballero en lo que concierne a su forma de luchar, su fidelidad a su rey y la iglesia y la forma de tener la creencia arraigada como motivación de lucha, ósea estamos desglosando los fundamentos o mandamientos de un caballero medieval los que son ciertamente fundamentales el actuar de este durante el tiempo del medioevo, para hacerse una idea los mandamientos inquebrantables de un caballero son:
1.Creer en todo lo que la iglesia enseñe y observar todos sus mandamientos.
2.Proteger a la iglesia.
3.Tendrás respeto por sus debilidades, las defenderás.
4.Amaras el país en que naciste
5.No retrocederás ante el enemigo
6.Harás a los infieles una guerra sin cuarteles.
7.Cumplirás tus deberes feudales si no contradice la ley de Dios.
8.No mentiras y serás fiel a tu palabra.
9.Serás generoso.
10.Mantendrás el bien frente a la injusticia y el mal.

Lo que si aun no he tratado en esta investigación, análisis y justificación de fuentes históricas basada en el concepto de caballero medieval es de los rituales, tanto como simbolismos en el caballero, un ejemplo de esto esta en las fuentes llamadas Cantar de gesta que es el nombre dado a la epopeya escrita en la Edad Media o a una manifestación literaria extensa perteneciente a la épica que narra las hazañas de un héroe que representa las virtudes que un pueblo o colectividad consideraban modélicas durante el medievo y que también es tomado en el como enseñar y dar a conocer los patrones morales y valores, tanto como las hazañas de caballeros, las cuales pueden ser reales o irreales , y tomados como forma de enseñar y educar a futuros postulantes de las ordenes religiosas milicianas. Un ejemplo muy claro es en el Mio Cid en donde se relata las aventuras de un caballero que lucha contra los musulmanes en la península hispánica, en el siguiente fragmento veré como se narra el triunfo de la verdadera nobleza, fundada en el esfuerzo, el mérito y el optimismo, frente a la nobleza de sangre que representan los infantes de Carrión. En él se narran los esfuerzos de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, para recuperar la confianza del rey Alfonso VI, quien lo había desterrado de Castilla. el siguiente fragmento del Mio Cid nos relata y nos da a conocer todos los valores que debe tener un caballero en un principio:
“Se acostó mío Cid cuando la noche llegó,
Soñó un sueño dulce, ¡qué bien que durmió!
El ángel Gabriel a él vino en visión:
«Cabalgad, Cid, el buen Campeador,
«Que nunca en tan buen hora cabalgó varón;
«Mientras que vivieseis tendréis buen honor».
Cuando despertó el Cid, la cara se santiguó.
[El Cid y sus hombres entran el reino moro de Toledo, un rey tributario del rey Alfonso. El Cid va rumbo a Castejón mientras Álvar Fáñez y otros hombres pasan por Guadalajara. El Cid llega a Castejón.]
23
Ya amanecía y venía la mañana,
Salía el sol, ¡Dios, qué hermoso apuntaba!
En Castejón todos se levantaban,
Abren las puertas, afuera se mostraban,
Para ir a sus labores y a sus campos de labranza.
Todos han salido dejan libre la entrada,
Sólo pocas gentes en Castejón quedaban;
Las gentes por los campos andan ocupadas.
El Campeador salió de la celada,
En torno a Castejón aprisa cabalgaba,
Mío Cid don Rodrigo corre hacia la entrada,
Los que guardan la puerta viéndola asaltada,
Tuvieron miedo y la dejan desamparada.
Mío Cid Ruy Díaz por las puertas entraba,
Trae en la mano desnuda la espada,
Quince moros mataba de los que alcanzaba.
Ganó a Castejón y mucho oro y plata.
Sus caballeros llegan con la ganancia,
La dejan a mío Cid sin querer para sí nada.

[Álvar Fáñez vuelve de Guadalajara con la riqueza que ganó (ovejas, caballos, etc.). El Cid comparte el tesoro con sus hombres. El Cid decide abandonar Castejón porque no quiere ser atacado por el rey Alfonso (y Alfonso es amigo del rey de Toledo donde queda la ciudad). Para mostrar su generosidad, el Cid libera a 200 moros que había cautivado.]
«Del castillo que tomaron todos ricos se van;
Los moros y las moras bendiciéndole están».
[El Cid decide ir a atacar Alcocer. El rey de Valencia, que controla Alcocer, manda un ejército de 3.000 hombres para reconquistar la ciudad. Los moros cercan al Cid y le quitan el agua. Los hombres del Cid quieren ir a la batalla, pero el Cid quiere consultar con sus hombres.]
34
Al cabo de tres semanas, cuando la cuarta iba a entrar,
Mío Cid de los suyos se quiso aconsejar:
«El agua nos han quitado, nos va a faltar el pan,
«Si quisiéramos irnos de noche no lo consentirán;
«Son demasiadas sus fuerzas para con ellos luchar;
«Decidme, caballeros, qué consejo tomar».
Primero habló Minaya, un caballero leal:
«De Castilla la gentil hemos venido acá,
«Si con moros no luchamos no ganaremos el pan.
«Somos unos seiscientos, acaso alguno más;
«En el nombre del Criador que no se haga más;
Sino irlos a combatir mañana sin tardar».
Dijo el Campeador: «ése es buen hablar;
Hablasteis como honrado, como era de esperar».
[Se preparan para el ataque y, al amanecer, el Cid manda que todos salgan a la batalla. El Cid entrega su enseña (su bandera) a Pero Bermúdez para que la lleve.]
Abrieron las puertas, afuera salen ya;
Los ven las avanzadas, a sus huestes van a avisar.
¡Con qué prisa los moros se comienzan a armar;
Ante el ruido de los tambores la tierra quería quebrar;
Vierais armarse a los moros, aprisa entrar en haz
En la parte de los moros dos grandes enseñas van,
Y los otros pendones, ¿quién los podría contar?
Las haces de los moros comienzan a avanzar
Hacia mío Cid y los suyos, para irlos a atacar.
«Estad quietas, mesnadas, aquí en este lugar,
«Nadie salga de filas hasta que lo oigáis mandar».
Aquel Per Bermúdez no se pudo aguantar;
La enseña tiene en la mano, comenzó a espolear:
« ¡El Criador nos valga, Cid Campeador leal!
«Voy a meter vuestra enseña en medio del mayor haz;
«Veremos estos caballeros cómo la protegerán».
Dijo el Campeador: « ¡No lo hagáis, por caridad»
Repuso Per Bermúdez: « ¡Ya veréis como se hará!»
Espoleó al caballo, lo metió en mayor haz.
Los moros lo reciben, la enseña vanle a quitar,
Le dan grandes golpes no le pueden derribar.
Dijo el Campeador: « ¡Valedle, por caridad!»

35
Embrazan los escudos ante sus corazones,
Enristran las lanzas, envueltos los pendones,
Inclinaron las caras encima de los arzones,
Íbanlos a atacar con fuertes corazones.
A grandes voces llama el que en buena hora nació:
« ¡Atacadlos, caballeros, por amor del Criador!
« ¡Yo soy Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador!»
Todos atacan al haz donde está Per Bermudoz.
Trescientas lanzas son, todas llevan pendón;
Trescientos moros matan al primer empujón,
Y al hacer la tornada otros tantos muertos son.

36
Allí vierais tantas lanzas subir y bajar,
Tanta adarga horadar y pasar,
Tanta loriga romper y rajar,
Tantos pendones blancos rojos de sangre quedar,
Tantos buenos caballos sin sus dueños andar.
Oyerais a unos, « ¡Mahoma!»; a otros, « ¡Santiago!» gritar.
Yacían por el campo en poco lugar
Mil y trescientos moros muertos, ya.”
Por otra parte nos faltaría la defensa a los desprotegidos en donde lo veremos en el legendario rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda en donde se establece el sentido de una obra literaria, la cual no se a podido comprobar su veracidad, pero lo que si denotaremos de esta es el sentido de cuidar al desvalido y la justicia justa ante todos, dada por el sentimiento de amor de Dios ante sus Siervos. En esta investigación solo citare una frase del libro en donde demuestra que através de su arma y su fidelidad a su “corazón puro” asiendo referencia a los valores cristianos cuidara y defenderá por medo de su gallardía en batalla y su experiencia en esta seguir con los valores o elementos o mandamientos de un caballero medieval
"Mi fuerza es la de diez hombres, pues soy de corazón puro y desempuñare mi espada para defender al desvalido"(Del libro "The Idylls of the King", sobre el rey Arturo y sus caballeros.)
Por ultimo me gustaría decir que la formación de un caballero durante el medioevo no es simplemente, esto sino también los factores socioculturales y la visión teocéntrica del mundo con lo cual se toman los patrones morales y valóricos de las sagradas escrituras, aun que siempre estos patrones sean manejados para la justificación de la guerra y la defensa de la fe.



 
 

planificacion de 2 medio en la 2 unidad


El Descubrimiento y la Conquista de
Construcción de una identidad mestiza.
Objetivos de la actividad :
Conocer distintas opiniones historiográficas acerca del proceso de
Conquista y Descubrimiento de Chile.
Analizar y sintetizar textos históricos.
Construir, en forma grupal, un mapa conceptual.
Desarrollar habilidades de trabajo cooperativo.
Objeti vos fundamentales transversales desarrollados :
Tolerancia y respeto por el trabajo de los demás.
Desarrollo del pensamiento.
Formación ética en la medida que debaten con respecto a ideas divergentes
acerca de un solo proceso histórico.
Habilidades que se desarrollan :
Comprensión lectora.
Trabajo cooperativo.
Construcción de mapas conceptuales.
Expresión oral y escrita.
Conocimiento del proceso de Descubrimiento y conquista de Chile.
Distintas miradas acerca de un solo proceso histórico.
Tiempo estimado : 8 horas pedagógicas.
Desarrollo :
Luego de haber tratado el tema del Descubrimiento y Conquista de Chile,
se sugiere agrupar el curso en equipos de cuatro jóvenes en conjunto
con el profesor o profesora jefe para intervenir en necesidades de nuevas
relaciones de trabajo al interior del curso.
Repartir, a cada equipo, fotocopias o textos de los siguientes autores:
Eyzaguirre, Jaime. Fisonomía histórica de Chile. Edit. Universitaria.
Villalobos, Sergio. Historia de Chile. Edit. Universitaria.
Bengoa, José. Conquista y Barbarie. Ediciones Sur.
Luego cada equipo inicia una lectura socializada o individual de los
capítulos correspondientes, en cada autor, a la Conquista de Chile.
Cada grupo de trabajo registra en sus apuntes personales, las opiniones
que cada historiador tiene acerca del proceso en cuestión y elabora una
síntesis de cada opinión. Se puede solicitar que seleccionen una cita que
refleje la opinión de cada uno de ellos.
Las lecturas se pueden dividir de acuerdo a los intereses de cada alumno
o alumna.
Se sugiere que la lectura se lleva a cabo en sala de clases para ir evaluando
el proceso e ir contestando las preguntas que se vayan planteando
a medida que se realiza el trabajo de investigación.
Luego de la lectura cada equipo de trabajo construye un mapa conceptual
con cada una de las diferentes opiniones históricas.
En una clase final cada equipo muestra su mapa conceptual, dibujado
en una cartulina, dando a conocer las diferencias entre cada opinión y el
cómo se organizó para lograr el resultado final.
Se sugiere realizar una prueba final, de carácter individual y de desarrollo,
donde cada alumna o alumno, redacte un texto con las distintas miradas,
que acerca de la conquista, tiene cada autor. La prueba puede incluir
las opiniones personales de cada joven frente a la conquista de Chile.


sábado, 20 de noviembre de 2010

una batalla medieval


La batalla de Agincourt (1415). Las batallas campales no eran muy usuales en la guerra medieval, pues, como es el caso de Agincourt, solían suponer la destrucción del ejército perdedor.

Por estrategia militar medieval se entiende el tipo de guerra librado en el período histórico de la Edad Media, definida por las características propias del tipo de enfrentamientos librados en esta época, basados en el control de plazas fuertes. La visión tradicional de las guerras europeas de la Edad Media, sostenía que los caballeros eran los dueños de los campos de batalla. Estos, se lanzarían a la carga diezmando y arrollando a la infantería campesina que encontraban a su paso, mientras sus afines corrían a su encuentro para decidir el resultado del enfrentamiento.

Según esta versión, el poder de los jinetes acorazados a caballo habría acabado cuando la infantería, gracias a las armas de fuego y a las técnicas de formaciones compactas de piqueros y alabarderos, recobró su poder en la batalla. Esta visión, alimentada por el arte y las crónicas de la época, mostraba a los nobles combatiendo a caballo e ignorando a los plebeyos y campesinos que combatían a pie. Todo esto se ha demostrado falso, pues las tropas de infantería eran una parte importante de los ejércitos medievales. Estas tropas luchaban cuerpo a cuerpo y a modo de tropas de artillería (con arcos, ballestas y más tarde con pistolas). La infantería jugaba un papel crucial en los asedios contra posiciones fortificadas.

Las guerras medievales se resumen en asedios y guerra de desgaste. Ésta última variante, consistente en operaciones de pillaje llamadas cabalgadas, algaradas o algaras, lograba objetivos tan variados como el debilitamiento y la desestabilización política de los rivales, ganancias de botín, abastecimiento de tropas, etc. Los enfrentamientos entre ejércitos en campo abierto eran infrecuentes. Eran más comunes y decisivas las maniobras para tomar castillos y ciudades mientras se evitaban batallas que supusieran pérdidas elevadas. Los soberanos llegaron incluso a prohibir a sus ejércitos entablar batallas que pudieses resultar decisivas.[1] En las pocas ocasiones en que podía tener lugar una batalla campal, resultaba probable que la victoria fuera para el bando que hiciera más buen uso de los componentes principales del ejército medieval: la tropa de infantería, la caballería y la artillería. Otros factores de importancia eran la moral, el liderazgo, la disciplina y la táctica, así como el conocimiento del terreno.
Contenido


Características
El Krak de los Caballeros fue un punto importante para el control de Tierra Santa. En la Edad Media, la estrategia militar consistía fundamentalmente en dominar posiciones claves.

La estrategia militar de la Edad Media consistía principalmente en controlar las fuentes de riqueza y, por lo tanto, en la capacidad de los ejércitos para ocupar tierras. En los inicios de la época, esto consistía casi exclusivamente en arrasar o defender los campos y las huertas, puesto que los caudales procedían de las tierras de labranza y de los pastos. Durante la Baja Edad Media, el resurgimiento y crecimiento de las urbes conllevó que éstas se convirtieran en centros de riqueza gracias al comercio derivado de las cruzadas y gracias a la artesanía.

La parte más importante de las guerras medievales radicaba en la toma y el control de los castillos, ya que en estos recaía la defensa de las tierras, además del control de la población de los alrededores. También las ciudades fortificaron sus muros con su crecimiento, y así, en la Baja Edad Media, la defensa y conquista de las ciudades resultó mucho más importante que controlar los castillos.
La guerra medieval consistía en el asedio de plazas fuertes.

Los ejércitos maniobraban para tomar fortificaciones importantes y devastar las cosechas, o bien para evitar que el enemigo perpetrara ese tipo de ataques. Únicamente tenían lugar batallas campales cuando se buscaba aniquilar al ejército enemigo o poner fin a la devastación. Un ejemplo de este tipo de enfrentamientos es la batalla de Lechfeld, que tuvo lugar en el año 955 y donde se batieron los germanos contra invasores magiares provenientes de Europa Oriental. La victoria decisiva de los germanos, liderados por Otón I, puso fin a posteriores incursiones de los magiares. Otros ejemplos más conocidos son la batalla de Hastings, en 1066, donde los anglosajones fueron derrotados por los normandos, flamencos y bretones de Guillermo el Conquistador en su intento de poner fin a su invasión. En la década siguiente a la batalla, los normandos establecieron el control de Gran Bretaña. La victoria de los francos en Tours en 732 frente a los sarracenos detuvo, en cambio, a los invasores.

Este tipo de maniobras fueron muy comunes en la Guerra de los Cien Años. Las batallas de Agincourt, Poitiers y Crécy, libradas entre Francia e Inglaterra, fueron las mayores tentativas francesas para frenar las invasiones inglesas. Los franceses fueron derrotados en los tres combates, por lo cual las invasiones continuaron. El control de Francia por parte de los ingleses, no fue, sin embargo, permanente, y al fin y al cabo, los franceses les vencieron en la guerra. En Oriente Próximo, las Cruzadas supusieron un intento fracasado por parte de los cristianos de tomar y controlar puntos estratégicos en Tierra Santa para controlar la zona. Aunque lograron tomar Jerusalén, los cruzados fueron finalmente expulsados.
[editar] Los ejércitos medievales

A diferencia de los ejércitos nacionales de la época moderna, la organización de los ejércitos feudales era mucho más simple. Hasta finales del siglo XV no existieron regimientos o divisiones permanentes. Los pueblos bárbaros que invadieron el Imperio romano marchaban y combatían a pie y con espadas y hachas. Estos grupos rara vez podían ser descritos como auténticos ejércitos, pues se trataba de bandas armadas con tácticas y estrategias muy escasas y limitadas. Las actividades militares que llevaban a cabo estos grupos solían tener como principales cometidos hacerse con alimentos y otros botines de guerra. Las batallas consistían en luchas entre hordas que combatían cuerpo a cuerpo sin ningún orden. Con la llegada de Carlomagno, aparecieron los primeros ejércitos. El de los francos, establecido por Carlos Martel y mejorado por sus sucesores, se componía de infantería y caballería armada. La caballería pesada dio origen a los caballeros medievales como los conocemos. En sus campañas, Carlomagno se enfrentó muy pocas veces contra enemigos organizados.

Con la aparición del feudalismo siglos después, al convocarse un ejército feudal, los vasallos se desplazaban hasta el lugar de encuentro con los caballeros, arqueros y hombres de armas que se habían solicitado. En el punto de reunión, los distintos contingentes de tropas eran reagrupados según su función. Los caballeros marchaban junto a los escuderos; y los arqueros con la infantería. Las unidades especiales, a saberse ingenieros y artillería de sitio, eran normalmente expertos contratados para la campaña. Un ejemplo es la artillería otomana usada en el bombardeo contra Constantinopla, que fue manejada por mercenarios cristianos.

Desde el siglo XIV, los mercenarios eran soldados respetables. Estos guerreros formaban compañías que solían ser utilizadas por señores ricos o por ciudades que los contrataban. Algunas de estas compañías se especializaban en un tipo específico de combate. Por ejemplo, en el año 1346, 2000 ballesteros genoveses lucharon al servicio del rey de Francia en la batalla de Crécy. Otras compañías aunaban contingentes de todas las clases. Solían ser descritos en términos del número de lanzas de las que disponían. Una lanza equivalía a un soldado. Una compañía de 100 lanzas representaba a un centenar de combatientes. Este sistema dio origen al término freelance.

El inicio de los ejércitos modernos permanentes se encuentra en el año 1439, cuando el rey Carlos VII de Francia creó las Compañías Reales de Ordenanza, formadas por caballeros o por soldados de infantería, y eran pagadas con el dinero procedente de los impuestos. Cada compañía se componía por una dotación establecida de hombres. Quien escogía su armadura y las correspondientes armas solía ser el monarca.
Organización

La mayor parte de las batallas tenían una disposición establecida en la que los dos bandos se preparaban en el campo de batalla antes de comenzar el enfrentamiento. Las operaciones de maniobras y los pactos para el encuentro no eran frecuentes. De esta manera antes de comenzar cada batalla existía una preparación de todas las unidades sobre el terreno, esto evitaba el desorden de un enfrentamiento mezclado entre caballeros, infantería ligera, unidades a distancia como arqueros o ballesteros, y demás participes en la batalla. Además los generales y los señores que controlaban los ejércitos lo hacían para después atribuirse el mérito de la victoria.
Las Tácticas militares

En la Alta Edad Media, las batallas consistían en desordenadas luchas entre bandas armadas y desordenadas; más adelante estos enfrentamientos evolucionaron hacia batallas mucho más complejas. Esta evolución se debió en parte al desarrollo de diferentes clases de armas y de tropas y al perfeccionamiento en su uso. Los ejércitos de la Alta Edad Media consistían en grupos de infantería, pues salvo los sarracenos y los visigodos, así como los nómadas de Europa del Este, ningún pueblo había desarrollado ese tipo de soldados. Al desarrollarse la caballería pesada, los mejores ejércitos fueron las hordas de caballeros. La tropa de infantería quedó relegada a arrasar tierras de labranza y a realizar el trabajo pesado en los asedios. No obstante, en el campo de batalla este tipo de soldados corrían riesgos respecto a ambos bandos, el buscar los caballeros el enfrentamiento con sus rivales en combates individuales. Esto era así solamente al principio del periodo, tiempo en que le infantería se formaba con siervos y campesinos sin ninguna preparación. Los arqueros fueron también de gran utilidad en los asedios, pero eran aún más vulnerables ante la caballería en el campo de batalla, pues corrían el riesgo de ser arrollados.

En los últimos años del siglo XV, los comandantes habían logrado instaurar disciplina entre sus caballeros y habían conseguido que sus tropas se cohesionasen. En el ejército inglés, los caballeros acabaron mostrando a regañadientes su respeto a los arqueros después de que estos demostraran su gran valor en los campos de batallas de la Guerra de los Cien Años. La disciplina de la tropa mejoró al haber más hombres que luchaban por dinero y menos que lo hicieran por el honor y la gloria. En Italia, los soldados mercenarios adquirieron mucha fama por largas campañas en las que apenas de derramó sangre. Para esa época, los soldados de todos los rangos eran activos de valor que no convenía desaprovechar a la ligera. Los ejércitos feudales que buscaban la gloria eran ahora ejércitos profesionales con mucho más interés en vivir para disfrutar de la paga.
La caballería
El Combate de los Treinta. Los caballeros solían actuar individualmente en busca del honor y la gloria, en ocasiones, en detrimento del plan de batalla establecido.
Un ejemplo de la conducta indisciplinada de los caballeros medievales es la batalla de Crécy, donde un ejército francés de 40.000 hombres fue vencido por 10.000 ingleses. La falta de paciencia de la caballería franca la llevó a cargar arrollando a sus propios ballesteros.

En los campos de batalla medievales fue predominante el uso de la caballería pesada[2] Normalmente, esta caballería se organizaba en tres cuerpos o divisiones, que eran lanzadas una detrás de la otra al combate. La primera oleada debía abrir paso entre el ejército enemigo o romper sus líneas para que las demás oleadas pudieran hacerlo. Si el enemigo huía, comenzaba la persecución y masacre de sus tropas en retirada. A la hora de la verdad, los caballeros se movían individualmente en detrimento del plan establecido por su comandante. La gloria y el honor eran casi los únicos intereses de los caballeros, y por ello maniobraban con el fin de hacerse con las posiciones de primera fila en los ataques. La victoria del ejército en el campo de batalla era un objetivo secundario al de su propia gloria. Los caballeros se lanzaban al ataque tan pronto como vislumbraban al enemigo, desbaratando la estrategia de su líder.

En algunas ocasiones, los líderes del ejército desmontaban a sus caballeros para poder controlar sus ataques. Esto era bien recibido por las tropas de infantería, que en la melé tenían pocas esperanzas de salir bien paradas. Esto aumentaba el vigor del combate y la moral entre la soldadesca. De combatir a pie, los caballeros, junto con los soldados de a pie, combatían detrás de estacas u otro tipo de defensas diseñadas para frenar y desbaratar las cargas de caballeros enemigos.

A finales de la época medieval, el poder y la fuerza de la caballería pesada, y por lo tanto su utilidad, se encontraba al mismo nivel que el de la infantería y los tiradores. Para ese tiempo ya se había probado la inutilidad de cargar contra una tropa disciplinada y bien emplazada. Las reglas de los combates habían cambiado. Las estacas, trincheras y otras trampas se utilizaban astutamente para protegerse de las cargas de caballería. Atacar una fila cuantiosa de piqueros y arqueros resultaba una masacre para los caballeros. Estos se vieron entonces obligados a combatir a pie o a esperar el momento preciso para atacar. Por lo tanto, las devastadoras cargas de principios del periodo eran posibles, pero únicamente cuando el enemigo rompía filas y huía; se encontraba sin orden o estaba al descubierto y sin opciones de defensa.
Caballeros

Un caballero medieval era generalmente un soldado montado y acorazado, a menudo relacionado con la nobleza o la realeza, aunque (especialmente en Europa del norte) los caballeros también podían provenir de las clases mas bajas, e incluso podrían ser personas libres. El coste de su armadura, caballos, y armas era grande; esto, entre otras cosas, ayudada gradualmente para transformar al caballero, por lo menos en Europa occidental, en una clase social distinta a parte de otros guerreros. Durante las cruzadas, las órdenes santas de caballeros lucharon en la Tierra Santa.
Caballería pesada

La caballería pesada, armada con lanzas y un variado surtido de armas de mano desempeñaron un papel importante en las batallas de la edad media. La caballería pesada consistía en caballeros ricos y nobles que podían permitirse el equipo y los nobles escuderos empleados por los nobles. La caballería pesada era la diferencia entre la victoria y la derrota en muchas batallas dominantes. Sus cargas atronadoras podían romper las líneas de la mayoría de las formaciones de la infantería, haciéndoles un activo valioso a todos los ejércitos medievales.
Caballería ligera

La caballería ligera consistió generalmente en los hombres armados más ligeros, que podrían tener lanzas, jabalinas o armas de proyectil, tales como arcos o ballestas. Utilizaron a la caballería ligera como exploradores, escaramuzadores o fuera de los flancos. Muchos países desarrollaron sus propios estilos de caballería ligera, tales como los arqueros montados húngaros, los jinetes españoles, los ballesteros montados italianos y alemanes y los currours ingleses.
 La infantería

Durante la Alta Edad Media, la principal (y casi única) táctica de los soldados de infantería, que componían la principal fuerza de los ejércitos de la Alta Edad Media, suponía aproximarse al enemigo y descargar hachazos sobre él. Los francos disponían de hachas arrojadizas llamadas franciscas (de ahí el nombre del pueblo[3] ). El poder de la caballería pesada, que apareció en tiempos de Carlomagno, relegó a la infantería a un segundo plano, más que nada, porque no se trataba de una tropa bien instruida y con disciplina. En los primeros ejércitos feudales, ls infantería se componía de campesinos mal armados y sin instrucción.
Distintos tipos de franciscas merovingias. Este tipo de hacha era característico de los pueblos germanos occidentales.
Los lanceros escoceses en la batalla de Bannockburn (1314). Escocia de valió de tropas de infantería con lanzas para derrotar a Inglaterra.

Las primeras defensas contra la caballería surgieron de manos de los anglosajones. Consistía en colocar a los hombres juntos y con los escudos juntos para formar una barrera que frenase a la caballería y los protegieses de los arqueros. Así combatieron los anglosajones en Hastings, y de hecho, frenaron el ataque de la caballería normanda. De hecho, en las zonas donde era dificultoso formar tropas de caballería pesada, especialmente regiones de terreno más bien accidentado, como Escocia o Suiza, y en las ciudades independientes, la infantería experimentó cierto resurgimiento. Debido a sus necesidades, encontraron modos de organizar ejércitos eficaces que incluían muy poca caballería. Se probó que los caballos no se lanzarían contra una barrera de estacas o de lanzas. Una formación de lanceros podía frenar a la caballería noble de mucho más poder, y ello por una pequeña parte del coste del mantenimiento de la caballería pesada.

Los escoceses emplearon círculos de lanceros durante las guerras de independencia que se produjeron a finales del siglo XIII. William Wallace se valió de ella en Falkirk.[4] y Robert Bruce en Bannockburn Descubrieron que esa formación, llamada schiltron, era de gran eficacia. Robert Bruce sólo presentó batalla a los caballeros ingleses en zonas pantanosas, lo que impedía prácticamente la carga de sus enemigos.

Los suizos ganaron mucho renombre en el combate de picas. Se puede decir que revivieron la antigua falange macedonia de Alejandro Magno y llegaron a adquirir una buena pericia en el combate con largas armas de palo. Su táctica consistía en formar un escuadrón de piqueros. Las cuatro filas exteriores sujetaban las picas a una misma altura, apuntando más hacia abajo. Ello creaba una eficaz defensa contra la caballería. Las filas de la retaguardia usaban armas de palo para acuchillar a los enemigos que se acercaban a la formación. Los suizos se habían especializado hasta tal punto que eran capaces desplazarse sin romper la formación con relativa rapidez. Gracias a ello pasaron también a ser una tropa de ataque.

La única forma eficaz de disolver los compactos cuadros de piqueros era la artillería, principalmente cañones, que rompían las filas de las formaciones de soldados aglutinados. Los castellanos fueron los primeros en lograrlo. Las tropas castellanas del Gran Capitán combatían también a los piqueros con una tropa de espadachines provistos con rodelas. Se trataba de soldados ligeros que se escurrían entre las picas y atacaban directamente a los piqueros. Las fuerzas del Gran Capitán fueron las primeras en combinar, en una misma formación, picas, espadas y armas de fuego; como resultado se obtuvo una formación capaz de batir a diferentes armas en varios terrenos, ya fuera en defensa o atacando. Por ello algunos consideran a Gonzalo Fernández de Córdoba como el primer estratega moderno.
 Las armas de la guerra medieval
 Los asedios

Un enfrentamiento militar típico de asedio en el medievo se daba cuando un ejército sitiaba el castillo del oponente. Si este estaba bien defendido, las opciones se limitaban a establecer un asedio con la finalidad de rendir la fortaleza por hambre, o a utilizar máquinas de asedio para destruir las defensas fortificadas. A veces los propios sitiadores se veían forzados a defenderse de ataques que venían en ayuda de la ciudad.

Los diseños medievales incluyen la catapulta (la cual a su vez incluye el onagro), la ballista (o ballesta) y el trabuquete. Estas máquinas utilizaban energía mecánica para lanzar grandes proyectiles para destruir las murallas. En Europa, la catapulta la inventó Dionisio I de Siracusa en el año 399 a. C. También se utilizaron el ariete y la torre de asedio. Otra forma era con largas escaleras apoyadas sobre la pared, pero no sobre fortificaciones de altas dimensiones, y además éste método no daba defensas al escalador. De hecho, en la propia torre de asedio, torre de madera con ruedas que permitía a los atacantes escalar las murallas y a la vez protegerse de las flechas enemigas, había una serie de escaleras puestas como para subir una torre cualquiera, y en el último piso una puerta de madera, de forma que al juntarse un gran número de soldados abrían la puerta, que se apoyaba sobre el muro, y los soldados salían a masacrar a los enemigos. Normalmente, era después de esto cuando se utilizaban más escaleras para que un mayor número de soldados se internaran en la fortaleza, y se abrieran paso para abrir las puertas, para entrar con el mayor número de refuerzos, como la caballería.
Trabuquete, arma de asedio de la época medieval, que podía lanzar unos dos proyectiles por hora al objetivo.

Otra arma muy importante era el trabuquete, que tenía mayor radio de fuego que la catapulta, y se solía utilizar sobre todo en Asia para mandar animales (incluidas las personas) muertos por enfermedad, para hacer más posible que los sitiados se rindieran, y esto provocaba epidemias. De hecho, se dice que cuando un ejército mongol sitió ciudad genovesa de de Kaffa en la región de Crimea, mandaron cuerpos infectados por una enfermedad, y debido a que los itálicos basaban su poder en el comercio, la enfermedad se extendió por toda Europa con gran facilidad. Esa enfermedad era la Peste Negra de 1347.

Había otras tácticas, como prender fuegos alrededor de las murallas para intentar descomponer el cemento que sujetaba a las piedras unas con otras, o en ocasiones incluso se minaban los cimientos con túneles excavados bajo las murallas.

Los bizantinos para defender Constantinopla, como tenían el mayor puerto de Europa, y no se sabe si del mundo, era necesario defenderse por mar, creando la flota más poderosa de la época, y con ayuda de un invento solo conocido por ellos llamado "fuego griego".
La guerra naval

Las batallas navales son menos conocidas al ser menos frecuentes, ya normalmente se intentaba detener que el enemigo tras dejar su embarcación (lo que demuestra un gran retraso en éste aspecto, pues ya los egipcios descubrieron la eficacia de detener a los enemigos por el mar). Sin embargo, también había varias batallas navales, y fueron tan sangrientas o más que las terrestres.

Al principio de la Edad Media, los árabes tenían un gran poder naval; asolaron Sicilia en el 652 y derrotaron a la armada bizantina en el 655.

El Imperio bizantino fue famoso por su superioridad naval. Su flota, tras la caída del Imperio romano de Occidente controló el Mar Mediterráneo, especialmente durante la edad de Oro de Justiniano I, además de una flota que patrullaba el Danubio. Hay que entender que tener una importante flota era crucial para defender Constantinopla, la capital, pues tenía el puerto más importante de Europa, posiblemente del mundo, de su época de esplendor. Sin embargo, tuvo una temprana derrota contra tropas árabes en el 655. Sin embargo, La capital la salvaron gracias a un invento secreto que solo ellos conocían, el fuego griego, una mezcla de diferentes compuestos químicos que al entrar en contacto con el agua, ardía, y prendía así los barcos enemigos. El navío modelo de la flota bizantina era el dromon, evolución de los trirremes clásicos. Es un barco de remo, similar a la galera, de un solo mástil. El velamen era latino (de vela cuadrada) como herencia de las técnicas de navegación precedentes.

Con el renacimiento macedónico que tuvo del siglo XI, la flota volvió a recuperar su papel predominante en el Mediterráneo Oriental, aunque no alcanzó su anterior poder. En los últimos estertores del imperio, ya reducido a un puñado de ciudades portuarias, los restos de su poder naval fueron clave para mantener dichas posiciones hasta el último sitio de Constantinopla.

Cuando el poder árabe en el Mediterráneo empezó a declinar, las ciudades comerciales italianas de Génova, Pisa, y Venecia fundaron redes comerciales y construyeron armadas para protegerlas y ser la nueva potencia naval. Al principio las armadas lucharon contra los árabes (en Bari en el 1004, en Mesina en el 1005), pero después se encontraron peleando contra los normandos que se habían trasladado a Sicilia, y finalmente el uno contra el otro. Los genoveses y los venecianos lucharon cuatro guerras navales, en el 1253–1284, 1293–1299, 1350–1355, y en el 1371–1378. La última guerra finalizó con una victoria decisiva para Venecia, lo que le permitió disfrutar durante casi un siglo de la dominación comercial del Mediterráneo antes que otros países europeos comenzasen a explorar hacia el sur y el oeste.

Los vikingos, que asolaron Europa con sus drakkar, embarcaciones largas, estrechas, livianas y con poco calado y con remos en casi toda la longitud del casco (con una vela en versiones más modernas), no es que sus barcos fueran poderosos, pero eran muy maniobrables, y por ello podían internarse y atacar poblaciones remontando ríos como el Sena, el Támesis o el Tajo. Los nórdicos también lucharon en muchas batallas navales entre ellos mismos. Esto se hacía normalmente atando los barcos de ambos bandos uno contra el otro, luchando así esencialmente una batalla terrestre sobre el mar. Sin embargo, el hecho de que el lado perdedor no podía escapar fácilmente, significaba que las batallas tendían a ser muy duras y sangrientas. La Batalla de Svolder es quizás de las más famosas. El rey inglés Alfredo el Grande construyó una flota con la que les derrotó.
Imagen de un barco vikingo o drakkar.

En el norte de Europa, por otro lado, por la Guerra de los Cien años, el casi continuo conflicto entre Inglaterra y Francia raramente conlleva una actividad naval más sofisticada que el transporte de los caballeros a través del canal de la Mancha, y quizás el tratar de atacar esos transportes. La Batalla de Dover en el 1217, entre una flota francesa de 80 barcos bajo el mando de Eustaquio el Monje y una flota inglesa de 40 bajo el mando de Hubert de Burgh, es notable por ser la primera batalla registrada usando las tácticas de los barcos de vela, con la victoria del primero en la misma, que sin embargo fue derrotado después.
El uso de la pólvora

La pólvora, es un polvo explosivo utilizado en balística, en particular pólvora negra, una mezcla explosiva de un 75% de nitrato potásico, un 15% de carbón y un 10% de azufre aproximadamente. La pólvora fue el primer explosivo conocido; su fórmula aparece ya en el siglo XIII, en los escritos del monje inglés Roger Bacon, aunque parece haber sido descubierta por los chinos, que la utilizaron con anterioridad en la fabricación de fuegos artificiales. Es probable que la pólvora se introdujera en Europa procedente del Oriente Próximo. Berthold Schwarz, un monje alemán, a comienzos del siglo XIV, puede haber sido el primero en utilizar la pólvora para impulsar un proyectil. Sean cuales sean los datos precisos y las identidades de sus descubridores y primeros usuarios, lo cierto es que la pólvora se fabricaba en Inglaterra en 1334 y que en 1340 Alemania contaba con instalaciones para su fabricación. El primer intento de utilización de la pólvora para minar los muros de las fortificaciones se llevó a cabo durante el sitio de Pisa en 1403. En la segunda mitad del siglo XVI, la fabricación de pólvora en la mayoría de los países era un monopolio del Estado, que reglamentó su uso a comienzos del siglo XVII. Fue el único explosivo conocido hasta el descubrimiento del denominado oro fulminante, un poderoso explosivo utilizado por primera vez en 1628 durante las contiendas bélicas que se desarrollaron en el continente europeo.

las batallas medievales

¿veamos como empieza una batalla medieval?
 
Hastings, Bouvines, Agincourt -la Edad Media parece repleta de célebres batallas; en realidad durante mucho tiempo la guerra medieval se ha estudiado casi exclusivamente a través de los choques registrados en la época-. Sin embargo, es relativamente raro encontrar batallas en el pleno sentido de la palabra: lo que predomina son principalmente las campañas y los asedios, ya que éste es el tipo de acciones que definen la guerra en este período. Lo cierto es que el número de escaramuzas, combates singulares y choques militares de entidad supera con mucho el de acontecimientos como los de Hastings y Agincourts en el mundo medieval.
La paradoja de las batallas medievales estriba en el hecho de que fueran a un tiempo superlativamente arriesgadas y muy poco decisivas. Por consiguiente, y a pesar de que algunos generales siguieran activamente una estrategia concebida para entablar batalla tras batalla, la mayoría de los comandantes optaban por una política contraria, tratando de evitar los encontronazos y haciendo reacaer únicamente en las campañas y los asedios el peso de la victoria. Cuando se entabla una batalla, y una vez desatada la violencia, el jefe militar no ejercía más que un control muy limitado sobre sus fuerzas.

Pese a que en el campo de batalla las tropas se agruparan en unidades tácticas (llamadas conrois, y batailles en el caso de las de mayor envergadura) provistas de estandartes, insignias heráldicas y dalmáticas para facilitar el reconocimiento de los bandos, el estrépito y la confusión del combate, la extensión del terreno que acababan por ocupar los enfrentamientos, las dificultades de comunicación, el surgimiento de exigencias y acontecimientos inesperados, así como las tácticas que pudiera adoptar por sorpresa el enemigo, todo esto generaba un tremendo desorden, lo que explica lo mucho que el resultado del choque dependía de la preparación, experiencia y buen juicio del jefe de la soldadesca y de la iniciativa de sus capitanes. Y cuando se asentaba la polvareda levantada por la refriega seguía siendo difícil discernir qué es lo que había sucedido en realidad en el campo de batalla.
El resultado de la batalla era casi siempre incierto. Pese a ello, eran muchos los generales que de heco trataban de tentar a la suerte y jugarse el destino de una guerra en una gran ofensiva. Cuando Guillermo el Conquistador arribó con su ejército a las costas de Inglaterra en 1066 su propósito era instar a los ingleses a presentar batalla: y tras derrotar a Haroldo y al grueso de sus efectivos en Hastings -mejor aún, habiendo dado muerte al rey en combate-, el reino resultó más fácil de someter. El cronista Guillermo de Poitiers señaló que, en efecto, el duque de Normandía había conquistado la totalidad de Inglaterra en un sólo día.

También Haroldo deseaba una batalla decisiva, y en esto se adhería a una estrategia muy anglosajona: la ausencia de grandes fortificaciones en la Inglaterra anterior a la conquista, determinaba que fueran las batallas, más que los asedios, lo que decidía el resultado de las confrontaciones.

El cronista Orderico Vitalis ofrece un sucinto análisis de la conquista de Inglaterra efectuada por el duque de Normandía: "Las fortificaciones que los franceses llaman 'castillos' eran muy raras en las regiones inglesas y por consiguiente, pese a que los ingleses se mostraban belicosos y audaces, se hallaban en una posición de mayor debilidad para resistir a sus enemigos". A finales de la Edad Media, los generales ingleses volvieron a encontrarse en parecida situación militar: los largos períodos de paz habían hecho que las fortificaciones cayeran en desuso y provocado que se dejara de atender por tanto a su reparación, lo que obligó a los ejércitos a combatir sobre el terreno en lugar de en situación de asedio.
En algunas de las campañas que tuvieron lugar en el continente puede observarse la puesta en práctica de estrategias centradas en la búsqueda del choque directo: así sucede por ejemplo en las poco conocidas guerras que enfrentaron a los francos salios con los sajones en la alemania de finales del siglo XI y principios del XII.

El éxito que obtuvo Simón de Monfort en la cruzada albigense se debió en buena parte al hecho de que se mostrara decidido a precipitar los acontecimientos en el campo de batalla. En 1211 concentró su pequeño ejército en las debilitadas fortificaciones de Castelnaudary, situado al suroeste de Tolosa, en la Francia meridional, y pronto se vio asediado por su adversario, el conde Raimundo VI de Tolosa. Los hombres de Monfort tomaron la iniciativa, haciendo salidas para ir al encuentro del enemigo e inflingirle una aplastante derrota. Monfort reiteraría esa misma táctica en el año 1213, en la cercana localidad de Muret, y cosecharía un éxito aún mayor. La estrategia era arriesgada, pero la fortuna sonríe a menudo a los valientes.
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